Bajo el lema “Decir sí a Dios: Celebrando la alegría de la vida religiosa”, el día de la Jornada de Vocación se convirtió en un verdadero testimonio de fe vivida. Las Hermanas Dominicas de la Anunciata en Filipinas, junto con la comunidad educativa del Colegio Anunciata, sus colaboradores en la misión y la Asociación de Padres y Madres de Alumnos, respondieron con generosidad y entrega ante la difícil situación provocada por el tifón que afecta al país.
Más allá de una celebración, el evento se transformó en un gesto concreto de amor y solidaridad. Hermanas, familias y colaboradores trabajaron unidos para preparar y distribuir arroz, fideos y otros productos básicos a las familias damnificadas. Una vez más, la compasión se hizo acción, y la misión se tradujo en servicio.
Lo que inicialmente se concibió como una jornada festiva para poner en valor la vocación religiosa, se convirtió en una vivencia profunda de corresponsabilidad y entrega. La respuesta conjunta de la comunidad fue reflejo fiel del espíritu del lema: decir “sí” a Dios es estar disponibles donde más se necesita el amor, el consuelo y la ayuda.
Anunciata en acción es testimonio vivo de que la vocación no es solo una llamada a un estilo de vida, sino un compromiso diario de servicio alegre, generoso y fiel, incluso en medio de las pruebas y dificultades.
Hermanas en Filipinas