¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! el Santo Nino! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! Pit Senior! .
El Sto. Niño es una de las devociones más famosas de los católicos filipinos. Se puede decir que es una marca Pinoy (filipina).
Según la historia, cuando Fernando de Magallanes llegó a Cebú en 1551, entregó obsequios a los nativos que fueron bautizados en el cristianismo. La imagen de la Virgen María para los indígenas, Ecce Homo para el Rajá Humabon, que por el bautismo pasó a llamarse Carlos y para su esposa Juana una imagen del Niño Jesús.
En 1565, cuando los españoles regresaron a Filipinas, hubo un gran incendio en Cebú. Milagrosamente la imagen del Niño Jesús no se quemó ni fue afectada por el fuego. Desde entonces, comenzó una devoción muy fuerte de los cebuanos a la imagen del “Santo Niño” por los milagros que había hecho en favor de ellos. En la actualidad. esta devoción se ha extendido por todas las partes de Filipinas, hasta ahí llega nuestro amor por el Niño Jesús. En 1721 el Papa Inocencio XIII declaró el tercer domingo de enero como fiesta de Sto. Niño con liturgia propia. En 1965, el Papa Pablo VI honró la imagen de Santo Niño de Cebú mediante la coronación canónica.
El Evangelio nos recuerda que a Jesús le llevaban los niños para que les impusiera las manos y orara por ellos. Los discípulos reprochaban a quienes los llevaban; pero Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos”. La fiesta de Sto. Niño nos recuerda que también nosotros hemos de llevar los niños a Jesús. Valorar a niños y jóvenes como regalo de Dios y ser hijos del Padre, confiando en él con todo el corazón. ¡Qué hermoso! ¡Cuán maravilloso es el amor de Cristo! La inocencia de los niños le conmovió y él les correspondió, con amor. Este debe ser nuestra llamada y nuestra experiencia para permitir que los niños sientan el amor de Jesús a través de nuestra misión. La Iglesia Católica en Filipinas celebra la Fiesta de Sto. Niño anualmente con alegrías, cantos, bailes y otras expresiones festivas, según su creatividad. Todos participan, tanto niños, jóvenes y adultos. Este año, aquí en Calamba City, nuestra parroquia San Vicente Ferrer celebramos la Sta. Misa solemne, después rifa con premios abierto a todos los parroquianos, viejos juegos filipinas y con danzas que se hacían a lo largo de las calles de la ciudad.
Que esta celebración festiva mantenga la fe de todos los niños/as filipinos y fortalezca las convicciones cristianas de todo este pueblo.
H. Mila Palomo.