CAMINAR JUNTAS HACIA MONTSERRAT

El sábado 25 de octubre, un pequeño grupo de la Residencia Universitaria Elisabets participamos en el Mil·lenari Jove en Montserrat, un encuentro que reunió a jóvenes de muchos lugares para celebrar juntos los mil años de la Abadía y vivir una experiencia de camino, encuentro y fe compartida.

Comenzamos la subida desde Monistrol, entusiasmadas por la aventura que nos esperaba. Aunque la ruta tuvo momentos de esfuerzo, el buen ambiente, las risas y las conversaciones hicieron que el camino se sintiera más ligero. Cada una vivió el desafío a su ritmo, pero siempre apoyándonos, animándonos y recordando que lo importante era llegar juntas. Caminando, descubrimos que la solidaridad y el compañerismo nacen de forma espontánea cuando se comparte una misma meta.

A lo largo del recorrido, nos unimos a otros grupos que también peregrinaban hacia la montaña. Muy pronto, todos formamos un solo grupo, ayudándonos en la orientación, celebrando los avances y disfrutando del trayecto. Esa unión nos permitió experimentar de manera muy real que en la vida —como en la subida— se llega más lejos cuando avanzamos con otros.

Montserrat nos acogió con su belleza imponente y con los espacios preparados para nosotros: música, testimonios, dinámicas para reflexionar y la celebración de la Eucaristía. Aunque cada una vive la fe de un modo distinto, allí sentimos una atmósfera especial de alegría, serenidad y comunidad. Subimos también al Cambril para saludar a la Virgen, un momento de silencio agradecido que nos unió aún más y nos hizo tomar conciencia de la paz que se respira en aquel lugar.

Para todas nosotras fue una experiencia que dejó huella:

“Subimos en un ambiente de alegría y ayuda mutua. Me enseñó el valor de la solidaridad y de descubrir el mundo juntas.” — Demandine

“Va ser molt especial compartir l’experiència amb tanta gent en un lloc tan màgic.” — Ludi

“Nos permitió desconectar y valorar la belleza que nos rodea. Sobre todo, fortaleció nuestra amistad.” — Haizea

“Me sentí muy acogida desde el principio. Fue un viaje especial que me dejó recuerdos preciosos.” — Iria

“La vista natural de Montserrat es impresionante y única; es un verdadero regalo para los ojos y un descanso en medio del ritmo de la ciudad. Además, la visita a la Abadía nos permitió conocer mejor la riqueza espiritual de este lugar.” — Xi

Regresamos cansadas, sí, pero con el corazón lleno de alegría. Nos sentimos parte de algo más grande: un camino que nos fortalece, que nos acerca unas a otras y que nos invita a mirar la vida con más esperanza.

Gracias a quienes organizaron este encuentro y a todos los jóvenes que caminaron con nosotras. Nos quedamos con la certeza de que la fe también se vive así: como un camino compartido, una amistad que se construye y una vida que se celebra juntas.

Grupo de Montserrat – Residencia Universitaria Elisabets 2025-2026