El 21 de abril de 2024, la Iglesia conmemoró el 61º Día Mundial de Oración por las Vocaciones, conocido como el Domingo del Buen Pastor.
En Vietnam, a pesar de la rica historia de vocaciones, la Iglesia ha visto un declive en las últimas décadas en la disminución de sacerdotes y religiosos. Pues para remarcar este día, parroquias y diócesis en Vietnam organizaron conferencias vocacionales, centrándose en varios temas para unirse en la iglesia universal.
Nosotras, Hermanas Dominicas de la Anunciata participamos activamente en la parroquia de Hanoi, la parroquia de Thanh Da y la diócesis de Phu Cuong. Las preparaciones fueron meticulosas, invirtiendo tiempo en elaborar materiales complementarios, como llaveros, folletos, juegos, carteles y pasajes bíblicos. Además, dedicamos esfuerzo en preparar diferentes actuaciones como danzas con los niños.
En la parroquia de Hanoi, el programa, como es costumbre, fue conciso pero significativo. Niños vestidos con hábitos de diversas congregaciones tomaron el escenario, con líderes exponiendo brevemente la espiritualidad e historia de cada congregación. El evento culminó con un baile preparado por los niños bajo la guía de las hermanas.
Mientras tanto, en la parroquia de Thanh Da, la conferencia, ahora en su cuarto año, reunió a más de 1,000 niños, junto con feligreses y representantes de 13 órdenes religiosas, bajo el tema “Unidos en la vocación para seguir a Cristo”. Las congregaciones religiosas contribuyeron activamente al evento, mostrando sus carismas y relacionándose con los asistentes.
En la diócesis de Phu Cuong, la conferencia, con el tema “Sembrando Esperanza”, tenía como objetivo exponer a la comprensión de los niños la vida consagrada, se congregaron unos 2,255 niños y 616 religiosos y religiosas participantes. El obispo Joseph Nguyen Tan Tuoc enfatizó la importancia de dedicarse a Dios y el papel crucial de los padres en promover y apoyar las vocaciones. Al concluir la conferencia, el obispo Tuoc instó a los asistentes a abrazar vidas de caridad, generosidad, sacrificio, paciencia y castidad, llevando así paz y esperanza al mundo.
El día dejó recuerdos imborrables, especialmente para las Hnas. Dominicas que participaban en su primera conferencia en Saigón. A pesar de ser nuevas, obtuvieron valiosos reconocimientos de otras congregaciones religiosas, niños y organizadores, orando para que las semillas de fe plantadas echen raíces en los corazones de los jóvenes, capacitándolos para atender el llamado de Dios con coraje y convicción.
Hna. Nguyet
